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Gracias, por haber existido, por haber alegrado y alimentado mi ninez; la de mi hijita y la de millones de niños y niñas,como también a cuanto adulto se prendó con tus fantasías. Por siempre estarás en nuestras oraciones y seguirás en nuestras evocaciones. En el alma de niño que tú nos enseñastes a cultivar seguirá tu legado.
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