1
- Ida al teatro: en dos años siete meses, edad en que entró al Hospital, tratamos de hacer una vida normal pero rápida, para compartir con Soledad el máximo de experiencias. Entre panoramas de entretención la llevamos a ver obras de teatro, y aunque algunos niños de más edad que ella lloraban por susto, por la oscuridad de la sala y tal vez por aburrimiento, la Sole por el contrario, miraba atenta a los personajes, con mucha concentración y guardando silencio, como si todo lo entendiera. Era una artista de corazón.

2
- Parque de entretenciones: como regalo de Navidad la Universidad donde trabajo, invita a los hijos pequeños de los funcionarios a un centro de juegos. Con la Sole fuimos el año 96, y aunque tenía apenas dos años, en el momento de tener que bajarnos del carro del tren al que nos subimos, se tomó firmemente del pasamanos para que no nos bajáramos. No la podíamos “desprender”.

3
- La amiga religiosa: estuvo cuatro meses en el hospital, la mayor parte del tiempo en la UCI. Un día, estando yo de espalda a la puerta de la sala, ella vio entrar a una religiosa que visitaba a los niños en el Hospital. Con su poco vocabulario y su debilidad física, nos dijo “la madre”. Al darnos vuelta vimos a la querida y siempre recordada hermana Dilce.

4
- Chupete: usaba chupete y en un paseo éste se perdió. En la noche su papá fue a la farmacia a comprar uno similar, pero no encontró uno idéntico, así que trajo uno parecido.
Se lo pasamos a la Sole que estaba en la cuna, pero ella, con su carácter dulce pero firme, lo tiró al otro extremo del dormitorio, como diciéndonos “no me pueden engañar, es otro chupete”.
Si bien recuerdo, nunca más usó chupete.

5
- Tiendas: tenía aproximadamente dos años y medio cuando me acompaño en la compra de un vestido. De los trajes que me probé, decidí por uno, por el cual tuve de la Sole el siguiente comentario de aprobación: “bien, mamá”.
En su funeral fue el traje que use, ya que sabía que la Sole me estaba mirando.