1
Recuerdo tus bodas de oro, que hermosa y feliz te veias al entrar a la iglesia del brazo de tu hijo mayor, acompañada de todos tus hijos, nueras y nietos. Fue una gran boda, bailaste como una niña, estabas feliz.

2
Recuerdo todas las veces que fuiste madrina de casamiento junto a mi padre, no sólo de tus hijos sino también de muchos jóvenes que venían a solicitártelo. Eras muy querida.

3
Recuerdo lo buena que eras para recordar las fechas de cumpleaños y santos, y por supuesto cada navidad, bautismo, primera comunión eras tú la primera en estar.

4
Hoy he ido a tu casa y he encontrado cosas maravillosas que guardabas, grandes tesoros para ti, quien iba a creer que guardabas los encitados de cada uno de tus hijos de bautismo y primera comunión, incluso estaba la tuya.

5
Recuerdo que en cada nacimiento tu te preocupabas de hacer los ajuares, jugabas con colores y lanas. Mi padre lucia orgulloso los chalecos que le tejías, también tejias para llevar unos pesitos extras al hogar. Siempre aprendiendo nuevas técnicas de arte, el soft, policromía, pintura, etc. Hoy tus obras se han ido a la casa de tus hijos y nietos, con ello nos dejas tus huellas, tu presencia y tu amor.