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- Sé que tu cuerpo no está conmigo, pero en mi mente y corazón están tu entrega, tu sabiduría y tu forma de hacer y decir las cosas. Cómo olvidar cuando me enseñaste a conducir (con múltiples retos y diciendo “¡Pero cómo, si es tan fácil!”), y así tantas cosas que me ocurrían a diario, de las cuales tú siempre me hablaste y me aconsejaste. Quien te recuerda siempre, querido papá (José, hijo)

2
La felicidad al momento del nacimiento de tus hijos, la sonrisa en tu rostro, otra imagen que jamás olvidaremos.

3
Grandes recuerdos llegan a mi mente cuando pienso en ti, pero el hecho de nombrarte me hace pensar que fuiste el hombre que permitió que mi padre me engendrara y poder nacer y vivir para conocerte y disfrutar de ti, querido y recordado tata. Recuerdo las tardes en que te veíamos trabajar en tus cosas, quién sabe qué eran, pero lo hacías con tanto cariño. Gracias por los recuerdos. (Maritza Sanhueza, nieta)

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Recuerdo con cariño cómo, cuando escapaba con el camión, el papá me seguía, me cuidaba y enseñaba. El siempre me quiso mucho y trataba de hacer lo posible por complacerme, nunca olvidaré cómo mi gusto por las bolitas lo obligaba a comprar decenas de éstas sólo para poder ver una sonrisa en mi rostro. (Elizabeth, hija)

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