1
- Las vacaciones en la playa cuando chica con mamá. El papá me tomaba en brazos y me llevaba al agua. Después nació Joselo y luego llegó Loreto. Mi hermano, estando un poco más grande, siempre quería hacer todo solo, él no tenía miedo, siempre vigilado por papá. Son inolvidables aquellos viajes a Pichilemu en donde compartimos como familia, chapoteando entre la arena y el mar y, por sobre todo, disfrutando de aquellos asados que le encantaba hacer al papá. Los que siempre estuvieron cerca de nosotros no se podrán olvidar de ellos, de los tragos tan ricos que preparaba, de ese pebre que siempre se hacía poco… realmente exquisitos.

2
- La mamá se acuerda siempre de cuando el papá llegó con el primer auto que tuvimos, un furgón 0 km. con el cual empezó a transportar escolares. Me acuerdo también que el papá cuando iba al banco pedía a la cajera que le cambiara $10.000 en billetes nuevos y le decía que era para darle a los nietos que venían el fin de semana, los que no alcanzó a conocer.

3
- Ir los domingos cuando niños a misa y, al momento de pasarnos plata para la donación… nos quedábamos con una parte y él, que se daba cuenta de todo, nos daba una sonrisa de cómplice.

4
- Verlo en su cuarto de herramientas, subyugado, arreglando cuanto cachureo le traía la mamá… pero era su hobby, y era la forma en que le decía a su esposa: “ven a ver como quedó”; así le demostraba su amor, era su manera y forma. También nos acordamos de que cuando hablaba no se sabía si hablaba en serio o era broma. Nosotros algo de eso heredamos.

5
- El ultimo paseo que hicimos juntos los cinco -papá, mamá, Loreto, Karime y Joselo- fue el año 2005 más o menos, cuando Joselo nos llevó al Lago Rapel a acampar y el papá llevó a Martín (la mascota), su regalón, que no se apartó de él, incluso dormía en la carpa a su lado y al otro lado la mamá. Lo pasamos muy bien.