Soledad Alejandra Salinas Silva
2 de Noviembre de 1994
30 de Enero de 1998
Get the Flash Player to see this player.
Sobre Soledad Alejandra

Soledad Alejandra Salinas Silva nació en Santiago el 2 de noviembre de 1994. Sus padres, Carlos y Ana María, recibimos, en marzo del 94, la noticia del embarazo con mucha sorpresa, ya que yo, su madre, debido a una intervención quirúrgica contaba con una menor probabilidad de quedar embarazada.
El embarazo fue muy complicado y con un reposo absoluto por síntomas permanentes de pérdida, pero cuando nació Soledad pensamos que todo lo malo había pasado, ya que nos indicaron que era una niña sana, con un peso de 3 kilos 240 grs. y con 48,5 cm. de estatura.
Toda la familia la recibió con mucha alegría y cariño, y fue el mejor regalo de la Navidad del 94, ya que, además, era después de mucho tiempo el primer niño en la familia.
Como mamá primeriza todo me fue difícil, y se sumaba que Soledad rápidamente se acostumbró a los brazos o a que uno estuviera continuamente moviendo su coche cuando estaba en él. De noche dormía en su moisés colocado al medio de nuestra cama, entonces cada vez que despertaba y lloraba, nos era más fácil atenderla, medio dormidos, para colocarle el chupete, tomarla en brazos o darle papa.
Terminado el postnatal todas las mañanas llevábamos a la Soledad al departamento de mis padres, donde la cuidaba mi mamá, que fue para la Sole su segunda mamá. De vuelta de nuestros trabajos pasábamos a buscarla para irnos a nuestra casa.

Llegó el verano del 96 y, aunque rigurosamente cumplíamos con sus controles de niño sano, decidimos llevarla a un control extraordinario, para irnos tranquilos a la playa. Como no estaba su pediatra, en esa ocasión la revisó el jefe de pediatría de la Clínica Alemana. Ese día, aunque no recuerdo la fecha, terminó siendo el primer día de nuestra angustia permanente. El pediatra le encontró su hígado inflamado, por lo que indicó una serie de exámenes a la vuelta de las vacaciones. Por ser algo aprensiva con Soledad, o porque mi instinto de mamá me lo decía, salí de la clínica con mucha preocupación, algo me decía que nos enfrentaríamos a un problema mayor.
A la vuelta de las vacaciones se realizaron muchos exámenes en forma periódica, concluyéndose después de algunos meses que no podían hacer más, ya que era una enfermedad metabólica desconocida. Nos derivaron a un Instituto donde se enviaron exámenes para su análisis fuera del país, nada se concluyó. En julio del 96 nos trasladamos al Hospital Clínico de la UC, donde se nos recomendó al Dr. Paul Harris, gastroenterólogo infantil. Muchos especialistas de distintas disciplinas comenzaron a participar en el estudio, infinidad de exámenes, pero en general sólo hipótesis que indicaban cosas terribles. En todo ese período tratamos de hacer una vida normal, disfrutando junto a ella el mayor tiempo posible. Así fue como organizamos salidas fuera de Santiago, nos cambiamos del departamento en que vivíamos a una casa para tener espacios más apropiados para la Soledad, fuimos a ver obras de teatro,de compras, a lugares de entretenimientos, etc.. Tal vez en forma no consciente realizamos más actividades que lo normal, como presintiendo que no estaría mucho tiempo la Sole con nosotros.

A los dos años y medio Soledad ya mostraba características marcadas en su personalidad: era una niña con una coquetería innata, denotaba vanidad al posar sonriendo a la cámara fotográfica, de ojos vivaces que mostraban picardía y alegría. Otra característica era su sentido del ritmo con la música, en más de una ocasión y sin guiarla bailó moviendo sus caderas. También se observaba como una niña tranquila, cuidadosa, hacendosa, y muy cariñosa. En otras oportunidades se mostraba consentida y exigente, de esto se desprende que con su papá le cantábamos la cueca chilena “La Consentida”.
En sus juegos prefería armar puzzles, los que con su ingenio, habilidad y observación desarrollaba sin mayor dificultad. Era marcada su femineidad, prefiriendo estar más cerca de varones. En una ocasión no se conformó hasta que le tomó la mano a un joven.

En octubre del año 1997 entramos con Soledad al Hospital de la UC, ya que el equipo médico decidió que lo único que podía prolongar la vida de ella era un trasplante de hígado con donante vivo (primero en Chile), en este caso fuimos evaluados mi ex marido y yo, decidiéndose el equipo médico por mí.
Después de realizado el trasplante el 7 de octubre, Soledad tuvo serias complicaciones que obligaron al equipo médico a realizar ocho intervenciones quirúrgicas en tres meses de hospitalización. Aquí es donde pudimos apreciar en ella otras características, una madurez increíble marcada por una valentía y temple fuera de lo normal, insospechado para una niña que había recién cumplido tres años. Siempre en el hospital y antes de la Navidad del 97 los médicos indicaron que había rechazado el trasplante y que debían someterla a otro trasplante de hígado. Esta vez encabezó la lista nacional para donaciones y, un 30 de enero, una familia que nunca conocimos le regaló a la Sole el hígado de su ser querido. Infinitas gracias a esa familia que nunca conocí, no tengo palabras para darle las gracias, como también un homenaje a todas las familias que han donado, realizado con ello el mayor gesto de solidaridad y generosidad que los seres humanos podemos efectuar con nuestros semejantes.

Soledad no resistió esa novena operación y falleció en el pabellón.

Desde su fallecimiento Soledad ha estado todos los días en mi pensamiento y corazón, como también -me consta- en los corazones de sus abuelitos maternos. Desde esa fecha siento que mi hija es mi segunda piel, que donde yo voy ella está conmigo, que va prendida a mi ser. Creo que la Sole está en otra dimensión, que sabe todo lo que pasa, que debo ser fuerte porque ella quiere verme feliz, que no puedo llorar porque ella entristecería, que fue muy valiente por todo lo que pasó, y que hoy sabe el por qué hicimos tantas cosas para retenerla en la Tierra, sin saber que Dios tenía decidido tenerla con él. Desde que la Sole no está, he aprendido a estar atenta a sus señales que han sido muchas, como por ejemplo, que Macarena que vive en el mismo edificio en que hoy resido, me ofreciera escribir en esta página un testimonio, es una muestra más que ella esta presente.
Soledad nos dejó muchas enseñanzas, siendo la principal la Solidaridad. Todo lo que ocurrió en esos cuatro meses en el hospital fueron demasiadas muestras de unión y solidaridad, ella logró que muchísimas personas de diferentes credos se unieran en rezos y oraciones, que muchos fueran sus donantes de sangre para sus nueve intervenciones, que muchas más fuesen las personas e instituciones que económicamente nos apoyaron casi sin límite, que los médicos no sólo trataran de hacer lo humanamente posible sino que hasta intentaran lo imposible. Observé a más de un médico, enfermera o auxiliar llorar en su despedida. La Soledad no pasó inadvertida.



*
Soledad es el más bello regalo que Dios me dio.
Quiero decirles que mi hija Soledad, al igual que muchos hijos que mueren antes que sus padres, EXISTIO, por esta razón es importante para todos los padres que nuestros parientes, amigos y conocidos nos hablen de nuestros hijos, que no piensen que nos hará daño el recordarlos, ya que por el contrario, mi hijita y todos los niños fallecidos a temprana edad existieron y dejaron huellas.
Sólo existe un rostro que identificaba a la Sole, un carácter y temperamento que la caracterizaba. En nuestros corazones de padres, ellos jamás dejarán de existir, vivirán por siempre en nuestra mente y corazón hasta nuestro próximo reencuentro.

*

Autor: Ana María

Relación del autor:  Mamá de Soledad

Enviar este Testimonio a un amigo
Tu nombre
E-mail a quien le envías
Mensaje

ENVIAR
Untitled Document

Inicio

Quiénes Somos

Preguntas Frecuentes

Contáctenos

Mapa del sitio

Untitled Document

Fundaciones

Servicios

Aniversarios

Entrevistas y Novedades

 

Untitled Document

Buscar Testimonios

Enviar Flores virtuales

Enviar Velas virtuales

Enviar Cariños virtuales

 

Untitled Document

Crear tu Testimonio

Usuarios registrados

Registrarse

Términos Legales

Privacidad

 

 

Untitled Document

Sitio Web desarrollado y diseñado por Lanet.cl