Domitila del Carmen Uribe Herrera
16 de Junio de 1925
23 de Agosto de 2008
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Sobre Domitila del Carmen

Naciste un día 14 de junio de 1925, Santiago. Siendo la mayor de dos hermanos. Tu padre Don Raúl y tu madre Doña Aurora ( la yayita). Familia muy humilde por lo que desde pequeña tuviste que estudiar y trabajar para colaborar en la casa. En aquella época trabajaste junto a tu madre, haciendo tablas para envolver géneros, los cuales tenias que ir a buscar y a dejar a una barraca, ahí conociste a la Sra. María la contadora que te quiso mucho “esa pequeña delgada y esforzada decía”, fue tal afecto que posteriormente fue madrina de uno de tus hijos Sergio, recuerdo como la Sra. María nos contaba como llegabas todos los días con frío o calor a trabajar y los dias de pago a buscar el dinero para luego acudir al matadero a comprar el abastecimiento para el hogar.

A los 17 años conociste a Miguel quien fue tu único novio. Te casaste un año mas tarde un 25 de diciembre de 1943, fueron de luna de miel a Bucalemu, con una invitada de honor “tu madre”. Gran sorpresa se llevaron cuando al regreso se enteraron que tu padre los había dejado, razón por la cual le pediste a tu marido que se llevará a vivir con ellos a tu mamá y tu hermano. Por supuesto Miguel no tuvo inconveniente “donde comen dos comen tres”.

Así comenzaron a vivir en el barrio O’Higgins, en la calle Victoria naciendo tus hijos muy seguiditos, que más tarde los llamarían el clan de Los Pastene. Tu casa siempre llena de amigos, familiares siempre tenías como darle cobijo a quien lo necesitara, muchas veces te reclamé por espacio e incomodidades y sólo me decías …ellos no tienen donde ir…. Recuerdo a Marito un niño de 3 años que llegó quemado por una hoguera, quien estuvo 3 años en tratamiento, tú lo llevabas al hospital, le curabas las heridas e incluso le enseñaste a caminar nuevamente, hasta que sus padres lo fueron a buscar, gran pena sentiste cuando ya de adolescente murió atropellado

Recuerdo que mi padre cada fin de mes te entregaba su sueldo en un sobre integro, y tú todos los días le dabas plata para la micro, eras una gran administradora del dinero, economizabas hasta el último centavo, tu maquina de coser siempre funcionando ya sea para las cortinas, sábanas, ropa; abrigaste con tus tejidos a mi padre, mis hermanos, nietos, bisnietos hasta los últimos días, incluso cuando ya no tenias vista por culpa de la diabetes que te aquejaba, ¡Como voy a cuidar los delantales de cocina! Que me hacías cada navidad, los cuales ya no tendré más, (mira ahora estoy con uno puesto..)

Recuerdo también lo buena organizadora que eras, organizaste en tu barrio un centro de madre, buscabas profesores que les enseñara, regateabas precios de las lanas y géneros para tus socias, organizabas kermesses para juntar fondos. Fuiste también dirigenta de la junta de vecinos, con estos lograste embellecer el barrio, pavimentación, forestación. Tanto fue que trabajaste por tu barrio que hasta hoy después de 16 años de vivir ahí aún eres recordada, así fue demostrado el día de tu despedida, llena de gente de muchos lugares donde dejaste una huella, tales como Victoria, el Yeco, Santa Cruz.

Tenias tanto deseo de tener una casa con jardín, que así fue como llegaste a la casa de Puente Alto, formaste hermosos jardines junto a mi padre quien picaba la tierra y tú la llenabas de flores “donde vas a poner tantas plantas Tila, decía”, hoy esas plantas han quedado solas, tu casa a quedado sola, ya hace 5 años que mi padre falleció recuerdo la gran pena y que sola te sentiste, encontraste refugio en la iglesia ahí un gran grupo de oración quienes fueron tus amigas. Tú eras feliz cada viernes cuando venían a tu casa.

Tenias un gran amor a la vida, luchaste hasta el último minuto por vivir, fueron muchos meses que batallaste entre la diabetes, cáncer, corazón y otras innumerables que guarda el historial médico del hospital militar, sin embargo, ya cansada el día que el señor te llamo a su encuentro, te sentías tranquila, feliz a pesar de todos los dolores, esa tarde rezaste, nos dijiste que nos amabas “a todos igual”, incluso reíste, gracias por esa sonrisa del último adios.

*
Por ella este homenaje de amor y reconocimiento de quienes tuvimos el privilegio de tenerte.
*

Autor: Aurora Pastene (Hija)

Relación del autor:  Hija

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