Sobre
José Luis
Nació en Traiguén, Novena Región, un sábado 21 de junio, en 1924, bajo el nombre de José Sanhueza G. Querido padre, esposo, abuelo y amigo, fanático de sus pernos y latas, cajones llenos de indescifrables artefactos, y rodeado por aquéllos que lo amaban.
Hijo de Luis Guzmán y Mercedes Sanhueza, José siempre mostró un interés por la mecánica, tanto que lo llevó a estudiar por sus propios medios, convirtiéndose en un mecánico autodidacta, conducido por la pasión y el amor a lo que era su vida.
Construyó su primer camión, en el cual invirtió horas de arduo trabajo, al igual que su taxi, que durante varios años fue su fuente de sustento.
Conoció a su esposa, Sofía del Carmen Lobos Hernández, trabajando en una casa patronal y, llevados por su naturaleza apasionada, se casaron rápidamente y muy jóvenes, lo que nunca fue un obstáculo.
Vivieron en el fundo Pastal pero, en el último tiempo, se trasladaron de vuelta a su pueblo natal de Traiguén donde permanecieron hasta que, llevado por su necesidad de encontrar nuevas oportunidades, decidió mudarse a la capital, Santiago, donde dio buen uso a sus conocimientos y experiencia adquiridos en sus años de juventud, siendo empleado por una empresa del rubro, con la cual pasó varios años. Luego, comenzó a trabajar como chofer mecánico para la minera Santa Ana, con la cual permaneció por 2 años. El cambio del campo a la ciudad fue rápido y extremo, y causó varios inconvenientes: se extrañaban amistades, familiares, lugares, el ritmo de vida, la tranquilidad. Él, que había trabajado siempre independientemente, aprendió a aceptar este brusco cambio, porque debía hacerse: tenía a su familia a su lado, y no podía decepcionarlos, y, ayudándose mutuamente, lograron adaptarse. José era un hombre trabajador, así que jamás tuvo problemas, ya sea que fuera independiente trabajando su taxi o para una gran empresa
Tuvo 4 Hijos, 2 hombres y 2 mujeres. El mayor, Carlos, actualmente tiene 64 años, luego le siguen Ana, José y Elizabeth, la menor. También gozó de la compañía y amor de todos sus nietos, bisnietos y tataranietos, los cuales sólo igualan en cantidad al amor que existía entre ellos. Sus dos hijos heredaron su gusto por los autos y la mecánica, siendo Carlos el más interesado. Todos recuerdan con cariño cómo el papá les enseñó a manejar, los retos y los momentos felices.
Lamentablemente, se convirtió en presa de un virus, el cual lo paralizó y finalmente le causó la muerte a los 65 años de edad.
Pero, a pesar de esto, tu memoria permanece viva en nosotros. El más amigo de los amigos, estricto pero cariñoso padre, adorable esposo, hombre correcto y de fuertes valores, jamás te olvidaremos, pues has dejado en nosotros recuerdos imborrables que el tiempo nunca desvanecerá.