Sobre
Abel Antonio
Abel Recabarren nació el 25 de Febrero de 1983 en la isla Robinsón Crusoe, Archipiélago de Juan Fernández, hijo de Don Reinaldo Recabarren Camacho y Doña Beatriz Arredondo Contreras. Abel es el segundo de tres hermanos: su hermano mayor Rafael y su hermana chica, María Luz (la diabla).
Su infancia fue como la de casi todos los niños y niñas isleños: tranquila, muy sana. Hizo su enseñanza básica en la Escuela Dresden de Robinsón Crusoe. Era un buen alumno, aunque desordenado: le gustaba arrancarse de clases para ir a jugar fútbol con sus amigos, en especial con su hermano Rafa y su amigo Iván (el dp).
Como en la isla sólo había en ese tiempo enseñanza básica, se vio en la obligación de separarse de sus padres y partir al continente a realizar su enseñanza media. Cursó Primero y Segundo Medio en el colegio Obispo Antonio Castro de Valparaíso, viviendo en el Hogar Estudiantil Juan Fernández . El continente, la lejanía de sus padres, sus amigos y su tierra hizo que congelara sus estudios medios, regresando a la isla. Le gustaba mucho ir al campo, las mujeres (tenía varias), pescar, cazar (hobby que le quitó la vida), montar su yegua Luna; también hacer deporte: participaba activamente en el club deportivo nocturno en donde jugaba fútbol (era muy bueno).Él siempre soñó ser un gran futbolista profesional. Le gustaba también bailar sound.-
Producto de la familia a la cual perteneció, siempre su vida estuvo muy ligada al campo y al mar, por lo que era un amante de su isla. Cuidaba mucho de los recursos naturales, tanto terrestres como marítimos.
Falleció el 18 de abril del 2002, a los 19 años, trágicamente, mientras se encontraba cazando chivos en el sector del Francés. Un mal paso hizo que cayera al vacío desde 300 o 400 metros de altura. En ese momento se encontraba con unos amigos, quienes tuvieron que llamar al pueblo para que personal de CONAF fuera en su rescate, mientras en el pueblo de a poco se corría la voz de que había un accidentado en el Francés, ignorándose su nombre. Cuando ya se supo de quién se trataba se produjo un caos en la comuna, nadie podía creerlo, y todo el mundo –niños, jóvenes y adultos- lamentaron mucho su muerte. Primero, porque era muy joven, muy simpático, muy divertido: se le recuerda como bueno p’al carrete. Segundo, porque fue un hombre muy sano de mente, un hombre sincero, amante de su familia, su gente y su tierra que lo vio nacer, crecer y morir.