Sobre Carl

Carl Edward Sagan nace a mediados del siglo pasado en un hogar de inmigrantes rusos de Nueva York. Su infancia transcurre entre juegos y fantasías que le hacen desarrollar una gran imaginación alimentada aún más por sus lecturas de clásicos de ciencia ficción.

Destacado estudiante, Carl se interesa tempranamente por las ciencias y las matemáticas en el Rahway High School. La elección de su futura carrera estaba ya predeterminada absolutamente cuando en 1951 ingresa a la Universidad de Chicago. De esta institución saldría más tarde con diversos grados en Física, Astronomía y Astrofísica y con un gran sueño: dedicar su vida a descubrir los misterios del universo.

Dentro del círculo universitario, Sagan se especializa cada día más y adquiere gran connotación con sus estudios. Sus brillantes investigaciones cada vez adquirían más relevancia en un contexto nacional y mundial ad portas de la carrera espacial.

Es en 1950 cuando Sagan comienza a colaborar directamente con la NASA desarrolando desde su inicio el programa espacial de EE.UU.
Colabora en la preparación de la misión Apollo y en el equipamiento de naves para la exploración del sistema solar. En años posteriores participa activamente en las misiones Voyager y Pioneer entre otras.

Su deseo más intimo era el de establecer contacto con inteligencias extraterrestres, por mínimo que este fuera para ello fue el principal impulsor de la idea de enviar un mensaje del tipo "Hola, estamos aquí" a una posible civilización extraterrestre que lo encontrara.
Es así como basado en el dibijo de su esposa, Linda Salzman, la misión Pioneer 10 incorpora un saludo en el que aparecen una pareja de humanos desnudos y las coordenadas de la Tierra.

Paralelamente sus observaciones y cálculos fueron fundamentales para medir las temperaturas de los planetas próximos y ampliar el conocimiento del cosmos e general. Sin embargo una de sus pasiones mayores, era la de intentar comunicaciones o rastrear señales de seres extraterrestres. De esta manera se conviere en el principal defensor del proyecto SETI, una serie de tradiotelescopios pensados para enviar y recibir señales permanentemente desde y hacia el espacio exterior.

Pero pronto Carl, un declarado enamorado de la ciencia, descubre que debe convertirse en un divulgador del saber científico a un público masivo y preocupado por la guerra fría y sin conciencia del daño que una posible conflagración nuclear causaria al ecosistema. Es por esto que desde los años 70 se propone convertirse en un comunicador procurando por todos los medios de compartir sus ideas sobre la condición humana, el universo, las pseudociencias y el destino de la civiliczación. Escribe libros, produce la serie "Cosmos" y participa en innumerables ocasiones en foros y exposiciones para todo público.

Se convierte en uno de los científicos más populares y queridos por la gente en todo el mundo.

En 1994 le detectan una extraña enfermedad desconocida hasta entonces: mielodisplasia, que de no haber sido tratada de inmediato, hubiera acabado con su vida en pocos meses. Parece recuperarse pero tras una larga lucha finalmente termina con su vida en 1996.

En su honor, un asteriode, el nº 2709, lleva su nombre y es probable que algún día lo veamos pasar para dejarnos algo de la misma luz qeu la obra de Carl Sagan nos entregó cada día de su vida.