Sobre
Ana
Ana María Luisa Delicias Villela Francisco de Asís González Olea nació en medio de una familia acomodada y antigua ligada a la aristocracia santiaguina. Todo parecía estar dado para la pequeña Anita pero su padre será una figura demasiado ausente durante su niñez y eso la lleva a sentirse algo desprotegida.
Pero de joven ya comienza a mostrar aptitudes histriónicas y es así como se las arregla para salir adelante con sus propios talentos como actriz.
La novel actriz comenzó a actuar en pequeños papeles en los teatros aficionados y obreros, pues en aquellos años no existía la academia especializada para la profesión en Chile.
Un experimentado hombre de radio llamado Gustavo Campaña la invita a participar en lo que sería su primer papel para un público de masas y que llevaría a Anita la fama: "La Desideria", de la radio Pacífico. Las radionovelas de ese tiempo hacían furor y eran el entretenimiento favorito de muchos chilenos.
El papel de Anita, representando una empleada doméstica o "asesora del hogar" como ella misma bautizó la actividad, la hizo identificarse con un vasto sector popular y desde ese personaje jugó un importante rol por la defensa de los derechos de las "nanas".
A los 25 años es invitada por un incipiente director teatral de la recién formada Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Ana Gonzales conseguía su primer papel en las tablas.
Por esos años Anita conoce el único amor de su vida, el publicista José Estefanía, desposándolo hasta la muerte.
Ana Gonzales comienza a forjarse un espacio en el teatro nacional con varias actuaciones en obras de gran trascendencia. Pero su consagración vendría en 1960 con el estreno de su papel más aplaudido: "Rosaura" en "La Pérgola de las Flores".
Paralelamente habría de tener destacadas participaciones en más de 4 películas de renombre como "Julio comienza en Julio" y "La dama de las Camelias". A partir de la década de los '80 haría su triunfal ingreso a la pantalla chica en protagonizando gran cantidad de teleseries con mucho éxito de audiencia.
A partir de 1997 Anita con 82 años y una vida entregada al arte se recluye en su hogar con vista al Parque Forestal donde comienza a ser aquejada de insuficiencias renales y hepáticas.
Diez años más tarde dejaba este mundo una actriz ya consagrada y acreedora de numerosos reconocimientos uncluyendo el Premio Nacional de Arte.