Cristian Evert Zapata Sanhueza
24 de Septiembre de 1871
23 de Diciembre de 1882
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Sobre Cristian Evert

Mi hijo nació en Traiguén, Novena Región, un 24 de Septiembre de 1971. Sus padres fueron Valdemar M. Zapata Quintana, y yo, Ana Del Carmen Sanhueza Lobos.

Cuando tú estabas en mi vientre siempre supe que serías especial. Sentí mucha alegría cuando naciste porque llenaste mi vida con tu sonrisa, nosotros estábamos muy felices de la llegada de nuestro segundo hijo.

Cristian tenía tres meses cuando sufrió su primera convulsión epiléptica, a consecuencia de una asfixia al momento de nacer. Cuando él fue creciendo y debía llegar el momento en que empezara a aprender a hablar nos dimos cuenta de que, como consecuencia, no podría comunicarse oralmente, es decir comunicarse con sus palabras, sólo en base a gestos y miradas.

Ahí comienza un largo camino en que nuestra familia se unió para darle todo el amor y apoyo que él necesitaba. Incluso sus abuelos José y Carmen y su tía Elizabeth decidieron dejar el pueblo de Traiguén y venirse a la capital para estar con Ñoñito, tan querido por ellos, y apoyarlo en todo lo relacionado a su cuidado de salud.
En vida compartió con su hermano mayor Edson, con quien pasó momentos felices a pesar de su dificultad para comunicarse. Les gustaba jugar juntos a los autitos. Más adelante llegaría el pequeño Gonzalo.

A los seis años entraste a la Escuela Especial donde la Tía Javiera te recibió con mucho cariño, ahí aprendiste a dibujar, pintar, bailar y a compartir con otros niños durante toda tu etapa que estuviste con nosotros, es decir hasta tus 11 años.

De niño Cristian era tremendamente regalón, alegre, muy limpio, ordenado, ayudaba en la casa, en torno a un grato ambiente familiar.

Tu partida fue enormemente dolorosa, pues caíste al canal que pasaba cerca de nuestra casa de Izaguirre, en el cual te gustaba mucho ir a ver correr el agua. A pesar de tanto privarte de eso, tú siempre te las arreglabas para ir, hasta que un día caíste y el agua te arrastró. Nos costó tanto encontrarte que es difícil recordar esos momentos, pero el lugar donde te encontraron era tan lindo, rodeado de flores, muy especial, igual que tú.

Cristian, hoy sigues presente en nuestras vidas, iluminas nuestro andar.

*
Gracias por dejar en nuestras almas y corazones tu alegría, tu amor. No estás lejos, porque sé que estás siempre conmigo.
*

Autor: Ana Sanhueza Lobos

Relación del autor:  Mamá

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