Sobre
Salvador
Con una familia de ascendencia vasca, Allende dio sus primeros pasos en la ciudad puerto de Valparaíso, a la que recordaría siempre con especial cariño. Su padre, funcionario público, debió trasladarse frecuentemente por el país llevando al pequeño Salvador a vivir su infancia en varias ciudades del norte y sur de Chile.
Tuvo una niñez acomodada y fue educado en buenos colegios donde destacaba por su elegancia y buen trato. Camino a casa, cada tarde se encontraba con el que sería su principal influencia juvenil, un zapatero remendón de pensamiento anarquista quien le prestaba libros y le enseñó a jugar ajedrez. Según sus propios recuerdos, este zapatero sería la inspiración primaria de su recorrido político.
Durante su formación media habría de complementar sus inquietudes en el plano de las ideas con una forma concreta de canalizarlas: se decide a estudiar medicina como una forma de canalizar su ingente vocación de servicio público. En la Universidad de Chile además se uniría por primera vez a una organización política y accedería a su primer cargo de representación en la FECH de 1930. Su profesión estaría completada luego de varios años de servicio en hospitales públicos.
Pero su visión de mundo y la experiencia en los hospitales donde conoce los condiciones paupérrimas de la salud, lo hacen decidirse a ser parte activa de un contexto social propicio a la organización de fuerzas progresistas en la política. Es así como participa en la fundación del Partido Socialista, su partido de toda la vida en Valparaíso.
Convertido además en masón, se embarcó de lleno en campañas eleccionarias como colaborador o candidato conociendo distintas realidades y afinando su concepción de los cambios que Chile necesitaba y la manera de lograrlos.
Este desarrollo político sumado a la efervescencia social lo convirtieron en líder de un proyecto popular: la vía chilena al socialismo, en paz y por las urnas. Tras cuatro intentos en elecciones presidenciales Allende vence en 1970 convirtiéndose en al primer socialista del mundo elegido democráticamente.
Su programa de gobierno y el de la Unidad Popular que lo apoyaba incluía una serie de reformas profundas al sistema económico y de propiedad en Chile. Entre estos cambios prometidos y cumplidos estuvo la nacionalización del cobre, el aumento de salarios, la consolidación de la reforma agraria, y otras medidas como la entrega de medio litro de leche diario a cada niño chileno.
Pero lo radical de los cambios sumado a la falta de apoyo político y a la acción extranjera hizo que estos proyectos encontraran un triste final incluyendo una Moneda bombardeada donde el presidente de los trabajadores encontraría la muerte.
Con palabras e ideas siempre profundas y una elocuencia que nunca más se volvió a mostrar en la política chilena, Allende supo hablar a su pueblo, explicar los acontecimiento e ilustrar los sueños colectivos. La figura de gran estadista con que lo recuerda la historia y gran parte de los chilenos es reconocida hasta nuestros días incluso por generaciones que no conocieron su obra.