Sobre
Juana
Juana de Arco, la santa patrona de Francia, nace en 1412 en un contexto de guerras e invasiones constantes entre el reino galo y el británico. Las distintas dinastías se sucedían unas a otras ganando y perdiendo territorio durante la llamada Guerra de los Cien Años.
Lo que sabemos de su biografía es casi exclusivamente a partir del proceso en su contra de 1432 que terminó condenándola a la muerte en la hoguera por herejía. El documento tiene muy probablemente algunas imprecisiones, cuando no falsedades, pero se acepta el que Juana tuvo una infancia poco común. Su país en ese entonces en guerra estaba asediado por los ingleses. En ese tiempo la pequeña Juana comenzó a recibir mensajes de voces misteriosas que la alentaban a entrar a las iglesias y defender a su país.
Convencida, supuso que esas voces eran las de las santas más veneradas de ese momento junto al ángel San Miguel. Por supuesto debió enfrentar interrogatorios de incrédulos que la acosaban. Pero algo en su interior la llevó a seguir lo que le encomendaban esas voces. Unos años después, se propuso seguir al pie de la letra los mensajes recibidos y que la llamaban a defender Francia. La prueba de que las voces la llevaban por buen camino fueron apareciendo paulatinamente.
Pasando duras pruebas, usando disfraces y ardides, logró ponerse en contacto con los generales franceses para entregar un mensaje al rey sobre las mejores posibilidades de las batallas contra Inglaterra. De ahí en adelante tomó lugar en las batallas llevando los estandartes y alentando a las tropas. El viaje hasta el rey no sería fácil pero logró convencer a los generales de la urgencia del mensaje aunque estos nunca supieron de qué se trataba.
Logró llegar a la corte y reconocer al rey que, desconfiado, se había disfrazado para asegurarse de evitar un atentado. El rey impresionado le concedió una entrevista en privado, de la que sólo se conocen las consecuencias: Juana tendría un ejército a su mando y estaba autorizada para emprender batallas.
Juana y sus voces guiaron al ejército francés a lo largo de muchas batallas en las que resultó victorioso. Pero no iba a durar mucho el éxito militar, y a las primeras dificultades, sus decisiones fueron cuestionadas y no se le escuchó siempre. Los propósitos del rey ya no eran los de Juana, éste optó por iniciar pactos con el bando contrario. Juana se sintió ignorada pero decidió, sóla, continuar la lucha con quienes quisieran seguirla.
Luego de demostrar un coraje impresionante, Juana es capturada la mañana del día 23 de mayo de 1430 en Compiègne. Luego de cerca de un año en prisión en que resistió heroicamente torturas e intentos de violación, Juana es sometida a un proceso en que se le consultó sobre su fe y sobre cuestiones política. La poca educación y el origen campesino de Juana no mermaron su inteligencia al momento de defenderse.