Sobre Víctor

Víctor nace junto con la primavera de 1932 cerca de Chillán. Es hijo de campesinos que no encontraron sustento en el campo y luego de varios viajes, se arraigaron en Santiago con el pequeño Víctor que mostraba sus inquetudes artísticas en el colegio y el hogar.

A la edad de seis años, Víctor Jara se vio obligado a acompañar en los trabajos del campo a su familia. La actividad de vocalista de su madre le produjo el primer contacto con la música. La mala relación con su padre provocó que Víctor se uniera más a su madre, quien se preocupó de la educación de los hijos mandándolos a la escuela.

Su juventud estuvo marcada por los deseos de convertirse en sacerdote e incluso se integró a la orden de los Redentoristas en San Bernardo donde sólo estuvo dos años saliendo por voluntad propia quizá intuyendo que su vocación y talento estaban en lo artístico.

Luego de realizado su servicio militar, a los 21 años se integra al coro de la Universidad de Chile. En esa misma universidad cursaría estudios de actuación y dirección. Alumno destacado, se convierte rápidamente en director respetado y virtuoso realizando muchas de las obras más importantes del momento.

Su ingreso al canto data de 1957 cuando integra el grupo Cuncumén, dedicado al folcklore y danza. En una de sus giras conoce a la ya consolidada Violeta Parra quien lo alienta a seguir como cantante. Esta relación iba a mantenerse entregándose mutuamente apoyo musical y debate de ideas. Sus primeros éxitos vendrían con "Paloma quiero contarte" y "La canción del minero".

Su carrera musical despega trabajando muy cerca del movimiento de la llamada Nueva Canción Chilena con grupos como Quilapayún y los Parra. Durante el gobierno de la Unidad Popular asume varios cargos como representante cultural en Chile y el extranjero en virtud de su compromiso con las transformaciones sociales en proceso.

Su canto impregnaba de una atmósfera de esperanza a estos cambios sociales con letras de amor esperanza y fe en los destinos colectivos. No lo entendieron así quienes fueron capaces de sentirse amenazados por su canto y de eliminarlo.