Sobre
Víctor Hugo
Víctor Hugo nació en Santiago en 1955 y fue el cuarto hijo del matrimonio formado por don Justo Aguilar Aldana y doña Ana Luisa Rivera González, quienes tuvieron seis hijos más: Marcela, Patricio, Luís Alfredo, Gabriela, Victoria y María Magdalena.
Durante su infancia y adolescencia vivió junto a sus padres y hermanos, con quienes compartió los principales hobbies que tuvo en esa época, los cuales eran participar en el grupo Scout, el Club Juvenil ligado a la parroquia del barrio y la más importante y memorable para él, que fue conformar junto a sus hermanos el grupo Génesis, quienes interpretaban canciones de Mocedades.
En su época escolar, gracias a los esfuerzos de su madre, quien inculcó en él fuertes valores humanistas y cristianos, formó parte del colegio Obra Don Orione, en donde realizó actividades de ayuda social en forma permanente.
Víctor Hugo siempre se destacó por ser una persona muy amable y simpática que tuvo grandes amigos como Hugo Covarrubias y Manuel Espinoza, a quienes conoció desde niño; César García y Miguel Abalos, conocidos durante su vida laboral; Ricardo Pérez, gran amigo conocido a través de su esposa, y Fernando Ramírez, cuñado a quien siempre admiró y fue como un hermano para él.
Ya a los 16 años, producto de su intensa vida social, conoció a Nancy Ramírez, una joven de 15 años con quien tres años más tarde contrajo matrimonio, el 26/04/75. En agosto del mismo nació su primera hija, Carolina; diez años después, también en agosto, llegó a la familia Juan Pablo y, finalmente, en 1992 nació Valentina.
Profesionalmente, sus actividades estuvieron ligadas a la Contabilidad y Administración, destacando siempre sus habilidades para conformar y liderar equipos de trabajo, lo cual lograba por medio de su trato amable complementado por su gran sentido de responsabilidad.
Los últimos años de Víctor Hugo no fueron fáciles. Se vio enfrentado a problemas laborales y familiares que cada vez fueron más intensos, haciéndolo caer en una grave depresión que no pudo superar, terminando con su vida en febrero de 1994.
No obstante este hecho, Víctor Hugo dejó entre quienes lo conocieron un gran legado de alegría, amor a Dios y a la vida en sí misma, lo cual se vio reflejado en su funeral, en donde lo despidieron sus familiares y amigos de toda la vida entonando canciones y rindiendo honores con aplausos, todo esto encabezado por su esposa Nancy.
Sus restos yacen en el Cementerio Metropolitano en la ciudad de Santiago.